jueves, 14 de julio de 2011

Marruecos 2 · La fuerza de una madre

En los momentos en los que la vida nos pone en situaciones que no estamos acostumbrados a vivir o nos enseña las formas tan distintas en las que otras personas viven, llegamos a darnos cuenta de lo afortunados que somos.

No tenía miedo a las dificultades: lo que la asustaba era la obligación de tener que escoger un camino. Escoger un camino significaba abandonar otros.
Paulo Coelho

Eso sí, luego nos olvidamos de los problemas de la gente y nos centramos en nuestros propios problemas: que si me quiero cambiar de coche; que si me compro ropa solo porque son las rebajas.... o sea, damos rienda suelta a esta sociedad de consumo de la que somos parte.

A veces sentimos que lo que hacemos es tan solo una gota en el mar, pero el mar sería menos si le faltara una gota.
Madre Teresa de Calcuta
Para que yo tenga mucho, otros deberán de tener poco. Pisa para que no te puedan pisar o, en su defecto, para que tarden lo máximo posible en pisarte, parece que nos diga la propia vida.

Como flores hermosas, con color, pero sin aroma, son las dulces palabras para el que no obra de acuerdo con ellas.
Buda

Visitar el interior de Marruecos hace que despierte en tí este sentimiento, que llega incluso a hacerte sentir un cierto grado de culpabilidad. No sabes de dónde pueden venir. Ni dónde viven.

Muchas veces las cosas no se le dan al que las merece más, sino al que sabe pedirlas con insistencia.
Athur Schopenhauer

Claro, muchas veces no quieres ni siquiera imaginarlo. Lo cierto es que, en mitad de una tremenda tormenta de arena en mitad del desierto, sin ninguna población a tu alrededor ni nada similar que se le aproxime, ves aparecer a una madre con sus dos hijos, a la espera de que esos extranjeros que vienen de paso, les inunden de viejos andrajos o harapos, juguetes, vituallas...

Los seres humanos no nacen para siempre el día en que sus madres los alumbran, sino que la vida los obliga a parirse a sí mismos una y otra vez.
Gabriel García Márquez

Su empeño por conseguir todo lo posible llega a ser encomiable. Una vez conseguido, se van por donde han venido a no sabemos dónde.

La humanidad se cansa pronto de todo, sobre todo de lo que más disfruta.
George Bernadr Shaw

Y después, eres tú el que te vas. Desapareces anónimamente de sus vidas. A tí te queda toda la opulencia de tu vida. Que puedas seguir disfrutando de todo cuanto posees. Y ellos quedan a la espera de ver de nuevo otra columna de polvo que se acerca a ellos, cargada con despojos que, en ellos, se convierten en puro oro.

La mitad del mundo tiene algo que decir, pero no puede; la otra mitad no tiene nada que decir, pero no calla.
Robert Lee Frost

lunes, 4 de julio de 2011

El Rejoneo · Un filón fotográfico


Bueno, ante todo decir que no soy un amante, ni siguiera un aficionado diría yo, a los toros. Me gusta, en muchas ocasiones, lo que rodea a la fiesta. Ni apoyo ni estoy en contra de este espectáculo, fiesta o como queramos llamarlo. Pero de lo que quiero hablar en esta entrada, es de lo que para mí puede significar acudir un día cualquiera a una plaza de toros con una cámara en la mano.



Creo que no me equivocaré si os digo que, para mí, fue toda una sorpresa. Y me explico. Hace no mucho leí a un compañero de otro foro decir que a él no le gustaban los toros porque cuando hace años había tan solo dos cadenas de televisión en España, la primera y el UHF, llegaba a casa y, si había corrida retransmitida por televisión, su abuelo se encargaba de ponerla y no dejaba poner otra cosa. A mí creo que me pasa lo mismo. Le cogí manía por este motivo.
Sin embargo, la primera vez que acudí a una plaza a presenciar in situ una corrida, no dudé desde luego llevar el acontecimiento hacia mis preferencias. Me colgué mi cámara y, aunque un poquito alto en el tendido, no dejé de sacar fotos en todo momento. Incluso se me hizo corto, cuando en un principio pensaba incluso irme antes de terminar la faena. Coincidió que la faena era de rejones.






De estas, ni siquiera había visto ninguna en televisión, o al menos, no la recordaba. Me gustó el dominio que tienen sobre el caballo los rejoneadores, hasta el punto, que se convierten en un sólo elemento caballo y rejoneador.

Creo que, si tenéis ocasión de acudir a un evento de este tipo con vuesta cámara y con ganas de sacar unas bonitas fotos, no os arrepentiréis.

Aquí os pongo el enlace donde podéis ver la serie entera, tanto en color como en blanco y negro.
Color Rejoneo (Color)
Blanco y Negro Rejoneo (Blanco y Negro)