jueves, 26 de mayo de 2011

Marruecos · El Reino de los Sentidos (I) - En el desierto

No sé si alguno de vosotros habrá tenido alguna vez la necesidad de encontrarse en un lugar en el que la soledad del mismo te haga sentir a gusto.

 Sé que hay mucha gente que no es capaz de estar sin compañía ni un solo momento. Pero es que hay ocasiones que la belleza del lugar te hace olvidarte de esa soledad. Es la propia soledad la que le da forma a esa belleza. Encontrarte a solas en el desierto, rodeado de la inmensidad de de las cambiantes dunas, te hace encontrar a la compañía que más veces olvidamos a lo largo de nuestra vida: a nosotros mismos.
Caminar por las empinadas crestas de estas dunas hasta llegar casi hasta el agotamiento y caer rendido sobre la ardiente arena te permite contemplar el camino recorrido. Las pasajeras huellas de tus pisadas te marcan el largo camino que has recorrido.










Y, de repente, entre tanta soledad, ves aparecer a un hombre del desierto. ¿De dónde ha salido? ¿Qué está haciendo allí? ¿A dónde se dirige? Te mira. Te saluda con la mano y sigue su camino. Él seguro que tiene respuesta al hacerse las mismas preguntas sobre tí. Sus antepasados se habrían sorprendido de verte allí. Pero él ya está acostumbrado a ver a los turistas ocasionales en su desierto. Sabe de dónde has salido. Sabe qué es lo que estás haciendo allí. Y también sabe que te dirigirás hacia el lugar de donde parten tus huellas.


Y cuando desaparece de tu vista vuelves a mirar a la soledad que te rodea. Y disfrutas de ella nuevamente. E intentas retener en tu memoria cada uno de esos momentos de los que te gustaría recordar toda tu vida. Y sentir la suavidad de esa arena que se desliza a cada instante y hace que nunca más vuelva a ser igual al que estás contemplando. En el desierto nada es para siempre. Ni siquiera el mismo desierto.



Y cuando lo abandonas y te adentras en otros lugares. Te alegra saber que, aunque cambiante, siempre estará ahí. Esperando a que vuelvas. La arena es la misma, aunque el desierto te la presente de diferente forma. Nunca será igual. Nadie, nunca, volverá a ver lo que tú has visto.